La pluma negra de un cuervo entró por mi ventana aquel día, y eso, según lo que esta vida me ha enseñado, no es un muy buen augurio que digamos.
Efectivamente, con esa maldita pluma negra comenzó lo que yo suelo llamar hoy, veinte años después, el día más triste, patético y miserable de toda mi puta existencia humana.
Desde pequeño siempre he sido raro, por decirlo de alguna forma, siempre detesté aquello que a todos agradaba, siempre fui tímido y solitario, y según mis padres todo eso empeoró desde el día en que lo conocí a él.
Diego es el nombre de aquel que mueve mis sueños, Diego es aquel que me transformó en lo qe soy ahora.
Recuerdo muy bien el día en que nos conocimos. Él estaba sentado en la calle, mirando hacia mi ventana y apenas lo ví, sentí algo extraño en mi interior y supe que el y yo íbamos a estar juntos que de alguna u otra manera nuestras vidas iban a cruzarse y efectivamente así fue.
Aquel hombre misterioso y perfecto que me miraba todas las tardes desde la calle terminó enamorándome y cambió totalmente mi vida , me volví loco por él, hice cosas que jamás hubiese hecho por nadie, ni por una mujer.
Ya mencioné el día más triste, patético y miserable de toda mi puta existencia y ese día se lo debo a él.
¿Quieres saber qué ocurrió?
Algo muy simple y también muy complejo, algo malo aquí y bueno en otros lugares del universo, algo sádico pero romántico, algo asqueroso y exquisito a la vez... Talvez estoy exagerando un poco mi respuesta... Bueno, solo me convertí en un asesino, en el monstruo que todos creen que soy ahora, me convertí en un alma desertora que se cansó de buscar y mendigar el amor de un hombre , en un maricón de mierda como me ha dicho mi padre tantas veces.
¿Quieres saber a quién asesiné?
Tal vez ya debes intuirlo pero aún así te lo diré. Aquel día, o mejor dicho, aquella noche infernal asesiné a mi amigo, mi hermano, mi amante y mi asesino... Y digo mi asesino no porque él me haya matado, bueno talvez no fisicamente, pero después de que me permitiera asesinarlo, él, con su muerte, me asesinó a mi también, asesinó mi alma, asesinó mi espíritu, asesinó mi escencia,que no era nada sin él.
¿Quieres saber por qué lo hice?
La verdad es que ni yo mismo lo sé, pudieron ser muchas cosas. Pudieron ser los celos, pudo ser el viento, pudo ser el excesivo y en fermizo amor que sentía por él, pudo ser el frío, pudo ser la lluvia o pudo ser el temor que sentía a perderlo algún día, mi egoísmo, mi temor a la soledad.
Pudo ser sólo un sueño o más bien una pesadilla.
Puede ser que ahora mismo, en este instante, vuelvo atener diescisiete años y soy un joven tímido y solitario que se está enamorando de un hombre misterioso y perfecto llamado Diego.
Puede ser que ahora mismo estoy dormido, pronto a despertar para encontrarme con una pluma negra de cuervo entrando por mi ventana.